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En el proyecto de una carretera se desarrolla, de manera completa y justificada, la solución elegida en la etapa de planificación y planeamiento con suficiente detalle para que pueda ser construida por una persona distinta al proyectista y después ser explotada.

Un proyecto de construcción, según el Reglamento General de la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas, se compone de cuatro documentos: memoria, planos, pliego de prescripciones técnicas y presupuesto, de los cuales los planos y el pliego de prescripciones técnicas son contractuales íntegramente y del presupuesto, únicamente los precios unitarios y partidas alzadas de abono íntegro.

En ellos, se ha de describir todos los aspectos de la vía, tanto su diseño geométrico, como las obras de explanación, los elementos de drenaje, los firmes y pavimentos, el equipamiento vial, los túneles y las obras de fábrica, la planificación de las obras, los controles de calidad que se han de realizar en la posterior fase de construcción, la seguridad y salud en las obras y las expropiaciones. También se analiza la seguridad vial de los tramos proyectados, no sólo en su concepción sino también con los anejos de seguridad vial y las auditorías de seguridad vial. La integración ambiental también se considera a través del estudio de impacto ambiental y la elección de las características del proyecto y método constructivo que minimicen los impactos al medio ambiente.