Asociación Española de la Carretera (AEC)
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Introducción
La Asociación Española de la Carretera (AEC), entidad sin ánimo de lucro fundada en 1949, trabaja desde sus inicios en la defensa y promoción de las carreteras. Su objetivo primordial ha sido y sigue siendo conseguir una red viaria más segura y de mayor calidad y capacidad.
En 1998, la AEC fue declarada Entidad de Utilidad Pública, condición que subraya aún más su carácter de servicio a la sociedad.
A lo largo de su existencia, la Asociación ha intentado adaptar sus actividades a los cambios sociales y económicos que en cada momento se han ido produciendo. Así, en la actualidad, sus actuaciones se centran en los siguientes campos:
- Seguridad Vial
- Medio ambiente
- Nuevas tecnologías
- Movilidad urbana
- Calidad de Servicio de las infraestructuras
En relación a estos ámbitos de trabajo, la AEC realiza numerosas actividades de carácter técnico y de formación o concienciación ciudadana: estudios e investigaciones, congresos, seminarios, cursos de formación, edición de publicaciones, campañas divulgativas, intercambio de información y documentación con instituciones similares en todo el mundo, etc.
Todo ello en colaboración con distintos organismos de las administraciones públicas, empresas y otras federaciones y asociaciones de diversa índole.
En su defensa de la carretera, la actividad de la AEC ha trascendido desde sus orígenes el ámbito puramente nacional, y ha adquirido pleno desarrollo participando en las instituciones y órganos de decisión internacionales con competencia en el sector viario.
No en vano, desde 1950, la Asociación Española de la Carretera es el miembro español de la Federación Internacional de Carreteras (International Road Federation - IRF), además de ser uno de los socios fundadores de la Federación Europea de Carreteras (European Road Federation – ERF).
Es, también, miembro fundador del Instituto Vial Ibero-Americano (IVIA), que reúne a los centros tecnológicos y de investigación de los países del centro y sur de América, y colabora con otras instituciones internacionales como la Comisión Europea, el European Transport Safety Council (ETSC) o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En 2005, la AEC recibió el galardón más importante en el ámbito internacional otorgado por la IRF. Se trata del Premio Global Road Achievement Award, que la Asociación Española de la Carretera mereció en su categoría de “Advocacy and Lobbying”.
Historia: la AEC desde 1949
Reunión en Chicago
En agosto de aquel año, la Asociación Americana de Constructores de Carreteras (American Road Builders Association-ARBA) celebró en Chicago su primer Congreso Mundial de Carreteras.
El encuentro se convirtió en el gran acontecimiento del sector. En él se iban a presentar los extraordinarios avances que los ingenieros habían puesto en marcha con éxito durante la II Guerra Mundial. Además, se pretendía aprovechar el encuentro, y la afluencia masiva de delegados de todo el mundo, para crear un organismo internacional que velara por las carreteras.
Las noticias de este macro congreso llegaron hasta España, donde empresarios, ingenieros y altos cargos de la Dirección General de Carreteras –el Director General en persona- se prestaron raudos a asistir al encuentro. Sin embargo, vieron sus ilusiones desvanecidas cuando la administración estadounidense se negó a conceder visados a los ciudadanos españoles. Era la época en la que este país norteamericano había retirado a su embajador de España, y sólo daba visados en circunstancias muy determinadas.
Fue así como el Ingeniero de Obras Públicas Miguel Montabes Calle, por entonces residente en Estados Unidos y con contactos en la Asociación Americana de Carreteras, se vio abocado a asistir al renombrado Congreso Mundial de la ARBA. Fue el único español y, por lo tanto, representó a nuestro país en todos los actos que se organizaron.
A su vuelta a España, Montabes ya traía el encargo de crear una asociación cuyo fin fuera la promoción y defensa de la carretera.
Así, el 21 de abril de 1949, nace la Asociación Española de la Carretera, estructurándose en diversos departamentos según la actividad desarrollada: Técnica General y Estadística, Empresas Constructoras, Fabricantes de Maquinaria y Automoción, Usuarios, Formación y Educación. Su primer Presidente fue Marcelino Ahijón, por entonces Ingeniero Jefe de Conservación de Carreteras.
Dos años después de su creación, la AEC edita el primer número de la revista Carreteras. Esta publicación, siguiendo sus propios principios filosóficos, se constituye como un compendio de humanidades, tecnología y defensa de las carreteras. Muchos colaboradores, como Ángel del Campo y Francés o Lamberto de Santos, hicieron grandes aportaciones a la revista, permitiéndonos hoy conocer la historia de las carreteras en aquellas décadas.
El despertar económico de los 60
Si por algo se caracterizó esta convulsa década fue por el despertar social y económico que experimentó nuestro país tras el dilatado letargo de la posguerra.
España comenzaba este periodo sumida en un intenso retraso y aislamiento a todos los niveles, pero lo acababa con algo más que grandes dosis de optimismo. Durante estos años se pasó de un sistema económico totalmente intervencionista a un mercado más abierto, lo cual también tuvo su reflejo en el desarrollo de la red viaria.
En los 60, la AEC organiza su I Seminario de Construcción de Carreteras, el cual tuvo una magnífica acogida entre los profesionales del sector.
En esta época, también pone en marcha otros congresos, entre los cuales tienen una gran relevancia y continuidad los relativos a mezclas asfálticas desarrollados en el Instituto Torroja.No obstante, de la actividad de la AEC en estos años hay que destacar sin duda y sobre el resto de iniciativas el nacimiento de la Semana de la Carretera, un encuentro que continúa vivo y en perfecta forma en la actualidad, y que se ha convertido en el foro por excelencia del sector viario.A pesar de los grandes éxitos cosechados en esta década, las dificultades internas de la Asociación eran ineludibles. Las cuotas asociativas resultaban insuficientes y las ayudas de la Administración Pública escasas y esporádicas. No obstante, el entregado y entusiasta equipo que formaba la AEC supo hacer frente a la situación.
En 1966 se instauraba la concesión de las Medallas de Honor de la Carretera, un galardón con el que la AEC pretendía reconocer la labor de todas aquellas personas que con su trabajo contribuyen a la mejora de las carreteras. Hoy día, la entrega de las Medallas de Honor sigue siendo uno de los grandes actos celebrados en el seno de la Asociación.
La Asociación Española de la Carretera acaba la década de los 60 con un gran bagaje a sus espaldas y cargada de nuevas ilusiones y proyectos de futuro. Clara muestra del posicionamiento alcanzado por la Asociación en estos años son las 60 empresas privadas que en aquel momento formaban ya parte de su Consejo Económico.
La década de los 70: una época de cambios
Muchas cosas cambiaron durante los años 70, cuando España pasó de la dictadura a la democracia a través de un proceso de transición ejemplar.
Sin duda, esta década se caracterizó por una mezcla de ilusión e incertidumbre que se reflejó también en la Asociación, la cual tuvo que enfrentarse a serias dificultades y prepararse para la “dura batalla” que tendría que afrontar en los años siguientes. El principal escollo fue de tipo económico.
La Semana de la Carretera, de carácter bienal, seguía ganando protagonismo. Animados por el éxito, los responsables de la AEC deciden poner en marcha otro gran congreso, que también se organizará cada dos años, con las carreteras secundarias como centro de los debates. Se trata del Simposio Nacional de Vías y Obras de la Administración Local, ya conocido por todo el sector como “Vyodeal”.
A pesar de que la Asociación atravesaba momentos económicos delicados, el número de socios se incrementó en estos años, acabando la década con un total de 72.
Complicaciones en los 80
Los años 80 suponen para España el asentamiento definitivo del sistema democrático, el cual pasa su prueba de fuego con la llegada del PSOE al poder en 1982. Era la primera vez después de casi medio siglo que un partido de centro-izquierda gobernaba la nación.En esta década cabe destacar el éxito de las Campañas de Inspección Visual de las Carreteras Españolas, un estudio realizado íntegramente por la AEC sobre el estado de conservación de la red viaria nacional.
La Asociación busca el patrocinio directo de las comunidades autónomas, y las estrechas relaciones que se establecen con estas administraciones resultan ser todo un acierto.
En 1984 nace una de las publicaciones más importantes de la AEC: Las carreteras españolas en cifras, un conjunto de estadísticas sobre las inversiones realizadas en infraestructuras viarias desglosado por comunidades autónomas y provincias. Como valor añadido, el documento incluye un directorio actualizado con nombres y cargos de los responsables de carreteras de todas las administraciones del país.
Esplendor en los 90
La consolidación definitiva de la AEC llegó en la década de los 90. Coincidiendo con un gran crecimiento de la red viaria española, la Asociación logra un enorme desarrollo institucional y una gran proyección pública, gracias, entre otras cosas, a su eficaz política de comunicación.
Uno de los principales problemas que la Administración tuvo que afrontar en estos años fue la escasa coordinación entre los responsables de carreteras de las distintas comunidades autónomas. Con el fin de contribuir a poner fin esta situación, la Asociación Española de la Carretera promueve la creación de la Mesa de Directores Generales de Comunidades Autónomas y Diputaciones Forales, un órgano que sigue reuniéndose de forma periódica en la actualidad. Los Directores Generales congregados, además de discutir temas de interés común, consensúan políticas en determinados ámbitos (sistemas de contratación, seguridad vial, etc.).
Durante los años 90 la labor de la AEC fue incesante, y a parte de los congresos de periodicidad fija, se celebraron otros muchos encuentros que tuvieron gran éxito tanto de asistencia como de organización: SPRINT (Barcelona, 1994), SHARP (Barcelona, 1995), Congreso Europeo de Mezclas Drenantes (Madrid, 1997) y grandes encuentros organizados con las comunidades autónomas como el Congreso Nacional de Firmes (con la Junta de Castilla y León en 1996 y 1998) o el I Congreso Andaluz de Carreteras (COAC), en 1998.
Por otro lado, las actividades de la Asociación en el entorno hispanoamericano, junto con las relacionadas con la Unión Europea, constituyen dos ejes de actuación fundamentales durante esta década.
La colaboración con los países del centro y el sur del continente americano fue extraordinaria durante estos años, creándose en 1996 el Programa de Cooperación en Iberoamérica sobre Información Técnica y Científica en materia de carreteras. En esta misma línea, en 1999, tenía lugar en Sevilla el 10º Congreso Ibero-Latinoamericano de Asfalto, en el que se llegaron a inscribir más de 1.000 congresistas.
Un nuevo siglo para una nueva AEC
La experiencia acumulada durante más de medio siglo por la Asociación Española de la Carretera y todo su bagaje técnico se han visto potenciados en los últimos años la revolución tecnológica que ha transformado toda la sociedad. La AEC se ha convertido así en una de las más importantes e influyentes entidades dentro del sector viario, aglutinando a gran parte de los profesionales y especialistas del mundo de la carretera.También en materia de comunicación, la labor de la AEC ha experimentado un importante salto cualitativo y cuantitativo. Además de las cada vez más frecuentes y fructíferas relaciones con los medios de comunicación, la Asociación ha reforzado su revista, Carreteras: a la vez que ha diversificado sus ámbitos de actuación, ha ido también ampliando los temas de sus artículos, convirtiéndola en una herramienta informativa de gran valor y un referente para todos los profesionales.
Por otro lado, aprovechando las posibilidades que ofrece Internet y las nuevas tecnologías, ha creado nuevos instrumentos en materia de comunicación de los que destaca su periódico electrónico InfoAEC (www.infoaec.com), puesto en marcha en el año 2001.
Un hogar para la AEC
La búsqueda de oficinas en las que establecer su sede ha sido durante muchos años un auténtico reto para la Asociación Esp añola de la Carretera. Hasta ocho direcciones distintas, todas ellas en la ciudad de Madrid, han marcado su historia. En el año 1994 se instaló definitivamente en la calle Goya. Aquí ocupa en la actualidad una superficie de más de 500 metros cuadrados. Sin embargo, los inicios fueron algo más difíciles…
- De casa de Miguel Montabes a la calle Atocha
Durante sus primeros años de vida, la sede de la AEC se situó a caballo entre la casa de su fundador, Miguel Montabes, y un despacho, situado en Atocha, propiedad de Marcelino Ahijón, a la sazón, colaborador de la revista Carreteras.
La clara falta de espacio hacía que jefe y empleados compartieran el mismo, sin tan siquiera separación alguna entre sus mesas. Las labores de secretariado las desempeñaba la propia hermana de Montabes de forma casi altruista. Además, cuando era preciso escribir cartas en inglés -a la Federación Internacional de Carreteras, por ejemplo-, se le encomendaba el trabajo a una funcionaria del por entonces Ministerio de Obras Públicas.
- En el Banco de Vizcaya
En 1951, la Asociación lograba por fin tener una verdadera sede gracias a su tesorero, Rafael Pérez Salvador, quién cedió una de las habitaciones-despacho que tenía alquiladas en la sede del Banco de Vizcaya, en el número 45 de la calle de Alcalá.
- Una planta baja en Nuevos Ministerios
Durante las presidencias de Manuel María Arrillaga y Mario Álvarez Garcillán (entre 1959 y 1968), la Asociación alcanzó un gran prestigio en todo el país. Y gracias a ello, el Ministerio de Obras Públicas le cedió unas oficinas en la planta baja de los Nuevos Ministerios con entrada directa desde la calle. Todo un logro en aquellos tiempos.
- Más de una década en la calle Serrano
En mayo de 1969, la sede de la Asociación Española de la Carretera se trasladó a un piso perteneciente a la familia del recién estrenado Presidente, Juan de Arespacochaga. Estaba situado en la céntrica calle de Serrano y allí permaneció la AEC durante más de una década.
- Orense, 12
A comienzos de la década de los 80, la sede de la Asociación cambió otra vez de sede, situándose efímeramente en otra céntrica calle madrileña, concretamente en el número 12 de Orense.
- Vuelta a la Escuela
Breve fue la estancia de la AEC en la calle Orense, ya que en 1982 trasladaba su sede a la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid.
Durante una década desarrolló sus actividades de promoción y defensa de la carretera desde las instalaciones de esta institución, extraordinariamente vinculada a las infraestructuras y de la que habían salido muchos de los ingenieros que trabajaban en la Asociación.
- Dos años más en Juan Ramón Jiménez
Tras diez años en la Escuela de Caminos, la Asociación inicia un nuevo cambio de ubicación. Esta vez se traslada al nº 28 de la calle Juan Ramón Jiménez, lugar en el que permanecerá tan solo dos años.
- Camino a casa
En el año 1994, la AEC volvía a hacer las maletas. En esta ocasión el destino era una zona bien conocida por los miembros más veteranos de la Asociación, el barrio de Salamanca, en el que también se ubica la calle Serrano. En concreto, la AEC se instala en un piso que acababa de adquirir en el número 23 de la calle Goya. Y es precisamente aquí, en esta última sede, donde conoce su período de mayor desarrollo y proyección pública.
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